El Cura Blas Arévalos se despidió de la Diócesis de Villarrica después de casi tres años como administrador diocesano. En un emotivo discurso, Arévalos destacó tanto los logros como los desafíos que enfrentó durante su gestión, subrayando la responsabilidad que asumió al estar al frente de la Diócesis.
Arévalos, expresó su profundo agradecimiento a la feligresía católica por la confianza y la fe que depositaron en él. A pesar de las limitaciones de su cargo, destacó que logró llevar a cabo importantes trabajos y gestiones en beneficio de la comunidad.
Finalmente, Arévalos dio la bienvenida al nuevo obispo, Monseñor Miguel Ángel Cabello, quien tomará las riendas de la Diócesis de Villarrica y Caazapá. La comunidad católica del IV departamento y de la ciudad de Caazapá aguardan con entusiasmo el liderazgo de Monseñor Cabello.
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